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No se tiene que explicar a nadie que el sueño tiene una importancia enorme para nuestro cuerpo: nos permite mantener una buena forma física y mental. ¡Al dormir, el organismo se regenera e incluso se reparan los daños en el cerebro! Gracias al descanso podemos trabajar de una manera mucho más eficiente, así como concentrarnos, memorizar y mantenernos en forma fácilmente. El diseño del dormitorio puede influir en nuestro reposo, por tanto aconsejamos qué hacer para que nuestro sueño sea verdaderamente regenerativo.

1. Colocación adecuada y marco de la cama

La cama es una clave para un buen descanso. De acuerdo con los principios del feng shui, sus ramos deben ser de madera y no metálicos. La mejor solución es orientar la cabecera hacia la pared de modo que se pueda accederla desde tres lados. Según las reglas del feng shui no se debe colocar la cama con los pies hacia la puerta, pues esta es considerada la ‘posición del ataúd’. En la medida de lo posible, debe estar lo más lejos posible de la ventana para que su energía no perturbe el sueño. Un adulto necesita para dormir una superficie de anchura de por lo menos 90 cm y longitud de 30 cm más que la altura de la persona: vale la pena tenerlo en cuenta al elegir la dimensión de la cama.

Una cuestión aún más importante que el marco es un colchón, por tanto vale la pena invertir en un de buena calidad. Él debe ajustarse a la forma del cuerpo, pero tampoco puede ser demasiado blando. Las parejas que duermen juntas deben optar por los colchones adaptables que amortiguan el movimiento del cuerpo para que otra persona no lo sienta.

¡La ropa de cama también influye en la calidad del sueño! Lo mejor es escoger las almohadas o los edredones hechos de materiales sintéticos especiales que no causan alergias. Además, ellas dejan pasar el aire gracias a que en las noches calientes bajo un edredón de este tipo hace fresco y durante el invierno, calor. Las fundas, por otro lado, deben ser confeccionadas con materiales naturales como algodón o lino porque ellos permiten que la piel respire y absorben la humedad.

2. Silencio y oscuridad

El dormitorio debe estar separado de otras habitaciones y garantir una atmósfera íntima, por tanto en este caso el espacio abierto no es una buena solución. También se recomienda que no tenga una puerta acristalada, gracias a que será mejor aislada de sonidos y luces de otras partes de la casa.

Una solución perfecta son las ventanas que dan al este, pues de este modo el ritmo del día corresponde con el reloj biológico del hombre: nos despiertan los rayos del sol naciente y cuando nos acostamos, hace un fresco agradable. Vale la pena instalar persianas en la ventana para que la habitación sea más oscura lo que ayudará a dormirse con facilidad. En la oscuridad la glándula pineal produce en el cerebro una hormona que produce somnolencia, es decir, melatonina.

3. Temperatura y humedad del aire adecuadas

Se debe poner atención especial a la ventilación adecuada en el dormitorio: en las ventanas herméticas se pueden instalar ventiladores especiales que garantizarán afluencia del aire fresco sin perder calor. Justo antes de acostarnos debemos también airear la habitación donde vamos a dormir. La temperatura óptima para dormir es alrededor de 20 grados centígrados. Tampoco nos olvidemos de que debemos cuidar de la humedad adecuada: para conseguirlo podemos usar un humificador del aire. En el caso contrario, es posible que por la noche nos despertemos con mucosas secas.

Si bien las plantas tienen muchas ventajas, en el dormitorio no debemos colocar demasiadas porque ellas producen el oxígeno solo durante el día, y por la noche respiran igualmente como nosotros. La excepción es el áloe que emite el oxígeno también en las horas nocturnas, filtra el aire y lo hidrata.

4. Luz difusa y colores relajantes

En el dormitorio excepcionalmente podemos renunciar a la luz superior: aquí la más conveniente será una iluminación dispersa de muchas fuentes que creará un ambiente agradable. Los que leen en la cama necesitarán una lámpara de noche o de pie para no forzar demasiado la vista. En el dormitorio es bueno elegir los colores que tienen un efecto relajante. Serán convenientes los tonos terrenales, así como los verdes y azules que tranquilizan y regulan el latido del corazón y la tensión arterial, y en consecuencia ayudan a dormir (lee nuestro artículo sobre cómo combinar los colores en interiores).

5. Orden y falta de electrónica

Para que se pueda descansar bien, se tiene que hacerlo en un entorno ordenado. Por tanto, debemos deshacernos de todo el equipamiento innecesario que podría introducir el caos en el cuarto. Intentemos no usar el espacio debajo de la cama porque esto también puede causar problemas con el sueño. Como el dormitorio es un lugar de relajamiento profundo, lo separamos del puesto de trabajo: lo mejor sería que fuera una habitación aparte. Si no es posible, debemos intentar dividirlo en zonas, p.ej. usando un biombo. Quitemos del dormitorio toda la electrónica que causa una ionización negativa del aire y emite los rayos que pueden perturbar el sueño. ¡Antes de acostarnos leamos un libro en vez de ver la tele!

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