La llegada de la primavera es el momento ideal para limpiar la casa a fondo. Y la limpieza de las ventanas es el paso importante en el proceso de poner la casa a punto, en especial, porque solemos dejar esta tarea de lado durante el invierno. Aquí os presentamos unos trucos para que los cristales queden deslumbrantes y sin marcas.
¿Cuándo es mejor limpiar las ventanas?
La limpieza general de las ventanas se debe hacer 2-3 veces al año. Muchos no se dan cuenta que el momento que elegimos para realizar la tarea puede o ayudarnos o acabar arruinando nuestros esfuerzos. Es mejor hacer la limpieza un día menos soleado, porque los rayos del sol hacen que la fórmula limpiadora se seque rápidamente, dejando manchas difíciles de limpiar. Además, cuando hace mucha sol, es más probable que no notemos las manchas de agua en el vidrio. Sin embargo, si estamos limpiando cuando las temperaturas llegan bajo cero, el agua templada en contacto con el cristal helado puede provocar que el cristal se rompa. Pues, la temperatura óptima para hacerlo es de unos 10 - 25 ºC.
¿Qué usar para limpiar?
Es mejor utilizar una bayeta de microfibra o un paño sin pelusa (p.ej. trapo de una camiseta vieja). Mezclamos agua templada con un líquido lavavajillas, vinagre blanco o jugo de limón. Para secar elegimos una toalla de papel absorbente que no deje pedazos de papel o bien una escobilla de goma. Para pulir los cristales podemos usar papel de un periódico viejo o medias de nylon: siendo lo último un truco casero de nuestras abuelas.
Limpieza paso a paso
Si hay mucho polvo en las ventanas, podemos pasar la aspiradora antes de limpiar. Luego, tenemos que limpiar las ventanas y marcos interiores, por ser más limpios, y después los frotamos por fuera. Secamos los cristales con la toalla de papel. ¡Y no olvidemos limpiar el alféizar ni cambiar el agua a menudo!
Un buen truco es limpiar por dentro de abajo a arriba y por fuera de izquierda a derecha (o al revés). De este modo, podremos ver mejor dónde han quedado las manchas a frotar.
Vuelva a frotar solo los cristales con la fórmula limpiadora (la mezcla de agua con lavavajillas, vinagre o jugo de limón). Después, pásale la escobilla de goma que debe tener tal inclinación que presione el vidrio, evitando que se caiga agua. Tras cada paso de la escobilla, pásale un trapo mojado por el filo, para evitar que se ensucie y deje marcas. Al final, debes pulir los cristales para que queden relucientes y perfectamente limpios.
