Cada bibliófilo sueña con tener una biblioteca casera en su hogar. Por no mencionar el valor decorativo de los libros: es una lástima esconderlos en un sótano, como si hubiera algo que ocultar. Es mucho mejor exponerlos como se merecen, pero eso puede resultar problemático, teniendo en cuenta que en los pisos modernos disponemos de pocos metros cuadrados. Pues, no tenemos otra opción que aprovechar el espacio de manera ingeniosa.
Estanterías y estantes
Una estantería firme y estable, ése debe ser el punto de partida. Si el mueble es muy alto, hay que fijarlo a la pared y poner los libros más pesados (p.ej. enciclopedias) en los estantes de abajo para lograr mayor estabilidad. Una opción interesante son los estantes en ménsulas montados sobre rieles. Los rieles poseen ranuras para regular las ménsulas a diferentes alturas, por eso se pueden adaptar a nuestras necesidades y guardar libros de distintos tamaños. Y la estantería, en sí misma, puede ser mucho más que un espacio para almacenar y puede aportar valores estéticos a la deco. Los diseñadores intentan superarse unos a otros, inventando nuevas formas creativas para este mueble, p.ej. estanterías de rama de árbol.
Una opción genial es revestir toda una de las paredes con una gran librería, en especial, si de esta manera aprovechamos las superficies difíciles y "muertas", como el espacio detrás de las puertas o alrededor de la tele o el recorrido de la escalera. Pero fijaos de antemano qué tipo de pared es: ¿un muro de carga o un simple tabique? Es importante determinarlo primero, porque las estanterías o baldas a menudo exigen un apoyo sólido. Si optas por forrar toda la pared con una librería, de suelo a techo, no olvides hacerte con una escalerilla de diseño para poder alcanzar los estantes superiores.
Cada esquina es valiosa
Cada hueco y nicho se vuelven valiosos si no tenemos mucho espacio libre. Entonces, es recomendable aprovechar las superficies que suelen ser ignoradas y montar allí unas baldas o estantes a medida. Una idea brillante, decorativa y a la vez funcional: librería debajo de la escalera donde cabrá un montón de libros de nuestra colección.
Hay muchos sitios que se pueden usar a modo de librería. Aprovecha: los nichos de pared, mesas de comedor, mesitas de café del salón, huecos debajo de la cama y de los escalones o utiliza cajas de fruta sobrepuestas: ¡sé creativo en alojar tus libros! Recuerda que los libros hay que exponerlos, así no darás ningún paso en falso dejando algunos ejemplares a la vista, empilando otros en la mesa, cómoda o alféizar.
¿Cómo ordenar los libros?
Hacer hueco a los libros es una cosa, pero la composición creada con ellos también tiene importancia.
Últimamente está muy de moda organizar los libros por colores de los lomos. Este truco nos permite crear una composición variopinta en la estantería, o bien: podemos seleccionar portadas de un solo color para conseguir un bello toque monocromático en la estancia. ¿Y qué tal si ponemos los libros con el lomo orientado hacia la pared? Desde luego que así la búsqueda de un titulo concreto se vuelve más problemática, pero la composición será muy coherente en cuanto al color.
Asimismo, cuenta la disposición de los libros: si los orientamos horizontal o verticalmente; eso podría ser un punto de partida para liberar nuestra creatividad decoradora. Mezclando los bloques verticales con horizontales creamos un patrón de aires artísticos. Y ordenar los libros según su tamaño genera una sensación de calma y armonía. Por tamaño también podemos ponerlos en pilas de varias alturas: este tipo de composición será ideal para interiores modernos.
